En cada encuentro me gusta aclarar que yo presto un ¨servicio¨ y luego consulto: si usted viene con un problema buscando ayuda, de quien es responsabilidad resolverlo?
Y allí escucho como la
cultura ha traspasado el concepto de responsabilidad a un espacio que no siempre
mejora las cosas... La mayoría de las personas, a pesar de que les aclaro que
ellos toman un servicio, creen que tienen que poner de sí.
Así es que ahora pregunto a todos quienes defienden la creencia que apoya lo antedicho, si las personas llegamos a alguien en busca de ayuda y no estamos pudiendo resolver algo porque nos falta esa voluntad o ese equilibrio que se nos pide, cómo es que además nos educamos en la confusión y con la carga de creer que el que está con un problema tiene que poner ¨justo eso¨ que es ¨obviamente¨ una carencia obvia o manifiesta?
Carece de voluntad? le piden que ponga un poquito.
Engorda, le piden se modere
o se atenga a porciones o raciones exactas y ni un gramo más
Está deprimido, le dicen que mire lo que tiene y valore...
Le duele y le sugieren haga foco en otra cosa.
Está deprimido, le dicen que mire lo que tiene y valore...
Le duele y le sugieren haga foco en otra cosa.
¨Tiene¨ una adicción y le
dicen que no olvide, que reconozca, que ¨ES¨ un adicto…
Y al pedirle al individuo que ponga lo que claramente no está teniendo, además se le adiciona a la deuda personal la carga de no haber puesto ese ¨poquito¨ solicitado. A pensarlo porque esto, marcadamente, vuelve aaún más disfuncional el problema.
Y
luego muchos van por más –bueno, yo diría por menos!- Se hace gravitar a las personas sobre el reconocer que ¨es y serᨠalgo que lo
encadena a una conducta, y el lenguaje lo
lleva a anclarse a una trampa de por vida.
La categoría del ¨ser¨ asociada a ideas disfuncionales no nutre!
Ahora, lo ves?
Recordás haberlo vivido? Haberlo escuchado? Haberlo pedido?
Cuando, con una sonrisa amistosa, entonces, yo vuelvo a preguntar a quienes llegan a mí acerca de quién tiene la responsabilidad de hacer que vuelva o nazca en ellos la ¨voluntad¨ o que su mente pueda hacer foco en algo distinto, y les digo que esa es ¨mi responsabilidad¨ -la responsabilidad del profesional que conoce la estructura sobre la que se desarrolla el potencial cerebral y puede reproducirla para cualquier mejora-, sus caras cambian y su respiración exhala alivio por primera vez en mucho tiempo.
Trabajo con todo tipo de casos, desde personas que no creen contar con capacidad para mantener un vínculo con el amor o con el dinero, adicciones, fibromialgias, duelos, violencia, hasta con pacientes con cáncer y otras dolencias graves de salud. Y, mientras siempre sugiero que sean seguidos por el especialista que se adecúa a su caso específico, la notoria mejora es tal que muchos profesionales llaman para consultar que fue lo que hice, porque ellos creían que sólo podían dar un paliativo y para su sorpresa: hay mejoras.
Antiguamente, a esto le llamaban milagro, luego sobrevino para enfermedades
graves, la frase ¨remisión espontánea¨.
Hoy
las Neurocomunicación ha llegado a entender como poner en marcha eficientemente
la más maravillosa tecnología biológica: la red neuronal, activándola a través
del lenguaje para la superación de aquello que muchas veces también fue
instalado por él. Y esto marca el cambio de paradigma mayor al que podamos
asistir.
Andrea
Andrea Suárez Delle Donne
www.comunicacionconpnl2.blogspot.com